Ya les puse el título en español, en el original inglés se trata de "The Power of Babel: a Natural History of Language" de John H. McWhorter.
Ah! ...el placer de leer nuevas ideas que hacen ver la realidad con una perspectiva más comprensiva y profunda.
Esperaba encontrar algo interesante en el libro, pero me encontré sorprendido y fascinado.
Lo que leí es especial para quienes sean fanáticos de los videos de Capusotto y sus "mensajes del ministerio de educación". En estos videos un supuesto funcionario entrevista a personajes que hablan con modismos y un lunfardo de vanguardia, terminando siempre indignado y a las patadas por como están "matando el idioma".
Lo interesante del libro de McWhorter (no se si ésto es aceptado, o no, en el mundo de la linguística) es que plantea que los idiomas están en constante transformación. Innovación y cambio eterno.
Gran parte de su argumento lo hace sobre el concepto de que el francés no es un idioma que desciende del latín... lo que él afirma (y estoy de acuerdo) es que el francés ES latín. Para ser más específico, el francés es el latín después de unos dos mil años de pequeñas y constantes modificaciones.
Este fabuloso concepto está sostenido por muchos ejemplos de palabras y construcciones en latín que fueron transformadas por los mecanismos típicos que él describe en detalle.
Voy a tratar de aplicar algunos de éstos al argentino que hablamos hoy.
Uno de las formas en las que un idioma cambia es por el desplazamiento de significado o de función gramática (perdón si técnicamente mis términos son incorrectos, pero no soy especialista). Por ejemplo en la actualidad usamos frases como "sos un pistola" o "que canchero" y todos sabemos qué quieren decir... pero, alguien sabe por qué "pistola" o "canchero"?
De dónde salieron estas frases? En alguna época la gente seguramente era conciente de la relación textual entre estos calificativos y su origen.
Nadie se espanta por escuchar que alguien es un "fenómeno"... a pesar de que si somos estrictos, ese uso de la palabra fenómeno es una desvirtuación, no tiene mucho que ver con su función original.
Otro método de cambio (fundamental) en los idiomas es la abreviación.
Todos sabemos que "queacé?" es en realidad "que hacés", o que "bolú" es "boludo" (con buena onda), pero en un futuro cercano es de esperar que alguna nueva generación le pierda el rastro a los originales, y simplemente usen el queacé (o q´acé) y el bolú hasta al escribir, aunque no tengan idea de dónde salieron estas expresiones.
De todas las formas que tenemos de decir "automovil" usamos "auto" o "coche".
Coca-Cola es simplemente Coca... y para ser justos con la competencia, Pepsi-Cola o "pecsi" según la más reciente campaña publicitaria, es simplemente "pesi".
McWhorter habla del lenguaje escrito como la versión del idioma que siempre está un paso atrás (o más). Por ejemplo en la edad media, muchos monjes aprendian a copiar latín, y aunque ellos hablaban latín, su versión había sido tan modificada que los texos escritos les resultaban incomprensibles.
Lo único que recuerdo de "El lazarillo de Tormes", plomazo histórico que ridiculamente me hicieron leer en la escuela, es el uso constante de "hideputa!"... en este caso, curiosamente volvimos al uso de la versión completa, pero tranquilamente la abreviación podría haber quedado como la única.
Para alguien como yo, que siempre encontró divertido el jugar con el idioma, y que se deleita en las nuevas creaciones y locuras del lunfardo, esta teoría es liberadora. Si ya estaba dispuesto a rebelarme contra el "establishment" del "uso correcto" del español, ahora tengo un arma poderosa, una justificación y hasta un incentivo.
Al fin y al cabo, la única lengua que no cambia es la lengua muerta.
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Al mismo tiempo existen academias de la lengua.
ResponderBorrarPor lo que cualuiqer cambio al idioma, para que sea oficial debe ser apobado por un grupo de personas.
Por suerte el lenguaje no es "libre" como el mercado.
Imaginate sino una crisis similar a la que vive la economia yanqui.
Lo interesante es que según McWhorter, solo hay dialectos, y nada más que dialectos. El idioma "oficial" es solo el dialecto que se impuso a los demás, por factores socioeconómicos o políticos, el dialecto de las grandes ciudades o de los grupos dominantes.
ResponderBorrarNo existe un idioma "oficial". La Real Academia Española es un dinosaurio que aun no se dio cuenta que está muerto. El hecho de que exista una institución no justifica necesariamente su utilidad, sobre todo cuando para el 99,999% de la población es irrelevante. Lo más irónico del caso es que el medio que más efectivo es en cuanto a mantener un lenguaje homogeneo y estable en la actualidad no es ninguna academia, sino la "caja boba", la televisión, que afecta la forma de hablar de paises enteros y hace que los dialectos regionales se vuelvan caducos.
Con respecto a la "libertad", lo que no es libre es el mercado, el lenguaje si lo es, nadie nos puede obligar a hablar o a escribir de una forma u otra.