RITMO LOCO, DESAFIO DE TRADUCCION

Antes que nada, quiero aclarar que no escribo esto para desalentar las traducciones, simplemente quiero insistir en lo importante de la calidad de éstas revelando una de las grandes dificultades que enfrenta un traductor.
Sin lugar a dudas el inglés es un idioma muy conciso y efectivo, probablemente reflejando la mentalidad del pueblo donde se desarrolló, primero Inglaterra y luego Estados Unidos. El español, tanto el idioma como tal vez el pueblo, va a otro ritmo, más tranquilo y sin apuros; tomándose su tiempo.

Hablando de números, según mi cálculo todo lo que se dice en español es aproximadamente un 40% más largo de lo que se dice o escribe en inglés:
- I LOVE MILK (ai lov milk) 3 sílabas, la versión más corta en español sería: AMO LA LECHE, 5 sílabas aunque en realidad uno diría YO amo la leche, o me encanta la leche, subiendo la cuenta.
- THIS DOG IS DIRTY, 5 silabas. En español: ESTE PERRO ESTA SUCIO, 8 sílabas.
Los ejemplos sobran, prueben todo lo que quieran, estadísticamente la diferencia es constante.

Este podría ser un detalle mínimo, una diferencia no muy importante, y sin embargo las consecuencias son enormes. En inglés no sólo se pueden comunicar ideas a una velocidad impresionante, sino que también se pueden pensar en menos tiempo. Para ilustrar esta idea tomemos el caso de un libro. Manteniendo el tamaño de hojas y letras iguales, un libro de 400 páginas en inglés se convertiría en un libro de unas 560 páginas en español.

En una comedia tipo "sitcom" si en inglés entran 20 chistes por 21 minutos y medio de programación, en español ésto es imposible.
No es juicio de valor o preferencia, simplemente estoy hablando de una realidad.
La otra gran consecuencia de este hecho es el tema del ritmo, algo que en literatura es fundamental, pero que no siempre se reconoce.

Hay una frase típica en Estados Unidos, que no sólo es brutal y concreta por su contenido:
LIFE SUCKS, THEN YOU DIE.
En tan solo cinco sílabas se ha comprimido un mensaje profundo y una filosofía de vida.
La traducción directa (e incorrecta) sería:
LA VIDA APESTA, DESPUÉS TE MUERES.
Hace falta contar las sílabas?
Una traducción más aceptable, que suene más a español que a traducción sería:
LA VIDA APESTA, Y DESPUÉS TE MUERES.
Esta está mejor, sin embargo aún no logramos transmitir la brutalidad del original, ese cierre de la frase que es como un golpe en el pecho. Mi versión favorita es:
LA VIDA APESTA Y DESPUÉS, TE MUERES.
Hacer la pausa justo antes del "te mueres" crea un efecto mucho más preciso.

Mi disgusto con quienes traducen palabra por palabra es que siempre dejan los textos como en la primera versión de la frase. El significado se mantiene, pero empobrecido, sin impacto alguno, sin poesía.
La segunda versión es típica de quienes buscan que sus traducciones suenen un poco más a algo escrito en español y no tanto a algo traducido. Mejor, pero igualmente, falta un entendimiento de cómo recrear no solo el sentido de la frase, sino también su efectividad.
La tercera versión lleva mucho más tiempo que las otras dos. Uno tiene que buscar todas las combinaciones posibles hasta dar con la más satisfactoria... afortunadamente, el resultado justifica ampliamente el esfuerzo.

En conclusión, traducir no implica solamente conocer dos idiomas. Una buena versión en otro idioma necesita alguien que tenga también un conocimiento profundo de ambas culturas y sobre todo, que entienda y pueda reproducir el poderoso efecto de la prosa bien usada.

El Poder de Babel: una historia natural del lenguaje.

Ya les puse el título en español, en el original inglés se trata de "The Power of Babel: a Natural History of Language" de John H. McWhorter.
Ah! ...el placer de leer nuevas ideas que hacen ver la realidad con una perspectiva más comprensiva y profunda.
Esperaba encontrar algo interesante en el libro, pero me encontré sorprendido y fascinado.
Lo que leí es especial para quienes sean fanáticos de los videos de Capusotto y sus "mensajes del ministerio de educación". En estos videos un supuesto funcionario entrevista a personajes que hablan con modismos y un lunfardo de vanguardia, terminando siempre indignado y a las patadas por como están "matando el idioma".

Lo interesante del libro de McWhorter (no se si ésto es aceptado, o no, en el mundo de la linguística) es que plantea que los idiomas están en constante transformación. Innovación y cambio eterno.
Gran parte de su argumento lo hace sobre el concepto de que el francés no es un idioma que desciende del latín... lo que él afirma (y estoy de acuerdo) es que el francés ES latín. Para ser más específico, el francés es el latín después de unos dos mil años de pequeñas y constantes modificaciones.
Este fabuloso concepto está sostenido por muchos ejemplos de palabras y construcciones en latín que fueron transformadas por los mecanismos típicos que él describe en detalle.

Voy a tratar de aplicar algunos de éstos al argentino que hablamos hoy.
Uno de las formas en las que un idioma cambia es por el desplazamiento de significado o de función gramática (perdón si técnicamente mis términos son incorrectos, pero no soy especialista). Por ejemplo en la actualidad usamos frases como "sos un pistola" o "que canchero" y todos sabemos qué quieren decir... pero, alguien sabe por qué "pistola" o "canchero"?
De dónde salieron estas frases? En alguna época la gente seguramente era conciente de la relación textual entre estos calificativos y su origen.
Nadie se espanta por escuchar que alguien es un "fenómeno"... a pesar de que si somos estrictos, ese uso de la palabra fenómeno es una desvirtuación, no tiene mucho que ver con su función original.
Otro método de cambio (fundamental) en los idiomas es la abreviación.
Todos sabemos que "queacé?" es en realidad "que hacés", o que "bolú" es "boludo" (con buena onda), pero en un futuro cercano es de esperar que alguna nueva generación le pierda el rastro a los originales, y simplemente usen el queacé (o q´acé) y el bolú hasta al escribir, aunque no tengan idea de dónde salieron estas expresiones.
De todas las formas que tenemos de decir "automovil" usamos "auto" o "coche".
Coca-Cola es simplemente Coca... y para ser justos con la competencia, Pepsi-Cola o "pecsi" según la más reciente campaña publicitaria, es simplemente "pesi".

McWhorter habla del lenguaje escrito como la versión del idioma que siempre está un paso atrás (o más). Por ejemplo en la edad media, muchos monjes aprendian a copiar latín, y aunque ellos hablaban latín, su versión había sido tan modificada que los texos escritos les resultaban incomprensibles.
Lo único que recuerdo de "El lazarillo de Tormes", plomazo histórico que ridiculamente me hicieron leer en la escuela, es el uso constante de "hideputa!"... en este caso, curiosamente volvimos al uso de la versión completa, pero tranquilamente la abreviación podría haber quedado como la única.
Para alguien como yo, que siempre encontró divertido el jugar con el idioma, y que se deleita en las nuevas creaciones y locuras del lunfardo, esta teoría es liberadora. Si ya estaba dispuesto a rebelarme contra el "establishment" del "uso correcto" del español, ahora tengo un arma poderosa, una justificación y hasta un incentivo.
Al fin y al cabo, la única lengua que no cambia es la lengua muerta.

bukowski: acerca de los escritores

Escribir puede resultar una trampa. Algunos escritores tienden a escribir lo que les ha gustado a sus lectores en el pasado. Cuando hacen eso, están acabados. El período creativo de la mayoría de los escritores es corto. Escuchan los elogios y se los creen. Hay un solo juez definitivo sobre la calidad de lo escrito y ese es el escritor. Cuando se deja llevar por los críticos, los colaboradores, las casas editoriales, los lectores, está acabado. Y, por supuesto, cuando se deja llevar por su fama y su fortuna, entonces se puede tirar la cadena y mandarlo al río junto a los soretes.


versión en español de dario s. kajt


Writing can trap you. Some writers tend to write what has pleased their readers in the past. Then they are finished. Most writers' creative span is short. They hear the accolades and believe them. There is only on final judge of writing and that is the writer. When he is swayed by the critics, the editors, the publishers, the readers, then he's finished. And, of course, when he's swayed with his fame and his fortune, you can float him down the river with the turds.

acerca de mi

nada especial

Cuando los lectores protesten

Muy interesante post en el "Club de Traductores Literarios de Buenos Aires"

http://clubdetraductoresliterariosdebaires.blogspot.com/2009/07/cuando-los-lectores-protesten.html

Entrevista a tres veteranos traductores...
este es mi comentario (dejado también en el post original)

Es un poco doloroso enterarse de la situación de los traductores profesionales... pero no es una sorpresa que las multinacionales de cualquier rubro no estén interesadas en la calidad de sus productos.
Estoy de acuerdo con el reclamo de estos tres veteranos profesionales de que el lector debe ser un agente de cambio en esta triste situación. Sería fantástico que los hispanoparlantes leyeramos más literatura escrita originalmente en español, y que seamos más exigentes con las traducciones.

Pero los traductores, y los medios de comunicación también son grandes responsables de esta situación.
Los traductores mercenarios que reaccionan al salario injusto con obras pobres, los que aceptan y sostienen esta situación reprochable.
Los medios, que hablan de libros traducidos sin mencionar al traductor o a la calidad de su trabajo, o que aceptan la mediocridad como lo normal.
Yo no se que es lo que lee usualmente el entrevistador, pero las traducciones españolas que yo he leido son de muy mala calidad... teniendo en cuenta el desinterés y desprecio de las editoriales, esto es previsible.
Igualmente el caso de España es particular, un país donde todavía se comete la atrocidad cultural de mostrar filmes en sala doblados al español habla claramente de una tendencia populista hacia la vulgaridad.
En cuanto a los libros impresos o traducidos en España, la situación es aun peor para los latinoamericanos, que tenemos que leer obras pasadas al español de allá, que en muchos casos es para nosotros una lengua extranjera.

Es un milagro que todavía queden lectores dispuestos a sobrellevar tanto libro tan mal escrito (traducido)... después las editoriales se quejan de las bajas en ventas o hablan de cambios culturales que los perjudican.

Punto final: sin lugar a dudas, el traductor debería figurar en tapa, ya que en cierta forma es el coautor de la obra, y así como uno puede seguir a su director de cine favorito, podría hacer lo mismo con su traductor.